martes, 30 de noviembre de 2010

¡Quiero ser "persono"...!

Me he dado cuenta de la grave discriminación que sufro por razón de mi "género" masculino. Y digo "género" porque decir que soy de "sexo" masculino no queda nada "progre", por mucho que la Real Academia Española, que se supone que entiende de normas lingüísticas, lo diga.

¡Basta ya de discriminaciones lingüísticas!

¡Quiero que las cosas cambien!

A partir de ahora, como soy de "género" masculino, quiero ser tratado como "un persono". No quiero ser, por más tiempo, "un víctimo" de tamaña discriminación sexista en el uso del lenguaje...

Mis nuevas normas están ahí y pienso aplicarlas a rajatabla...

(¿O debería decir a "rajatablo"? ¡Ya me estoy liando!)


Menos mal que para apoyar "iniciativos" como el mío; que solo persiguen evitar esas discriminaciones; la Junta de Andalucía ha presentado, a través de la Unidad de Igualdad de Género de la Consejería de Medio Ambiente, y en el marco de un Encuentro sobre Ecofeminismo, la novísima "guía sobre comunicación socioambiental con perspectiva de género" (sic.)

En ella se dicta que hay que sustituir palabras como "actor" por "la persona que actúa" o "quien actúa", debido al gravísimo carácter discriminatorio de la palabra "actor". También es discriminatorio el uso de la ofensiva palabra "futbolistas", que debe ser sustituida por "quienes juegan al fútbol"... Se dejará a su vez de emplear sin recato la abominable palabra "niños", que será siempre reemplazada por "infancia". Y así, cuando unos "padres" se quieran quejar de que sus "niños" se han portado mal, resultará que la "maternidad" y la "paternidad" se estarán quejando del mal comportamiento de su "infancia"... ¡Todo sea por la claridad en el uso del lenguaje...!

Aunque pueda parecer un chiste, todo lo que se menciona es literal. Desgraciadamente, porque de la dichosa guía, que cuenta con más de setenta páginas, se han editado miles de ejemplares de cuyo coste, la propia Junta de Andalucía, se ha negado a dar datos... Eso que se ha hecho con el dinero de todos los Andaluces que, aunque algunos digan lo contrario, sí que pagamos impuestos.

Así, se dan casos como el de mi compañero de estudio, que terminó la carrera de arquitectura hace unos meses, y no sabe casi ni quién es ni lo que es... En el resguardo de su título se puede leer...

"La/El alumna/alumno Dña./D. [...] ha completado los estudios que capacitan para obtener el título de Arquitecta/Arquitecto"

Lo he pensado mejor...

En vez de dejar de ser "víctimo" de discriminaciones y reclamar mi derecho a ser tratado como "persono", voy a pedir a nuestros políticos que empiecen a pensar en serio en mí y dejen de hacerme víctima de sus estupideces, porque quiero ser tratado como persona inteligente que soy, y no quiero que mi dinero se emplee en imbecilidades...

A ver si se enteran de una vez de algunos puntos básicos;
  • La igualdad entre hombres y mujeres es algo absolutamente irrenunciable para una sociedad moderna. Reducir ese objetivo a eliminar, cambiar o duplicar los sustantivos genéricos que tiene nuestro rico idioma, es ofender gravemente a los que estamos convencidos de que vale la pena perseguir la igualdad efectiva entre los dos sexos.
  • ¡El lenguaje no es sexista en sí mismo, lo es el uso que se puede hacer de él!
  • Educar en la igualdad no es enseñar a usar el idioma de forma grotesca, farragosa e ininteligible.
  • Si eso es lo mejor que saben hacer sus "unidades de igualdad de género", mejor que las disuelvan todas de forma inmediata.
  • La institución que establece el uso del español como idioma es la Real Academia Española y no una consejería. Les vendría bien consultar el siguiente enlace en el que se establecen las normas que se han de seguir en el uso del género en los sustantivos.
Por cierto... Con la que está cayendo, con mi dueña y señora en paro desde hace más de dos años, con mi salario reducido un 7% aunque no soy funcionario, con las pensiones de mis padres congeladas... ¿Qué tal si dejan de usar mi dinero en gilipolleces?


miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡Con lo poquito que me gusta ir al médico...!

Estoy malito... De paréntesis laboral hasta la semana próxima por un pequeño problema de salud.

Sé que es un "pequeño problema" gracias a Internet, y no gracias a los informes médicos. De hecho, cuando leí el informe del servicio de Urgencias del hospital, me cagué de miedo, a la vista de los "graves" e indescifrables síntomas que padecía... Con palabras tan raras, no podía ser nada bueno...

"Paciente normocoloreado y eupneico en reposo, que presenta cuadro bradicárdico e hipotensión yatrógena..."

En el taxi, de regreso a nuestro domicilio (me acompañaba la dueña y señora de mi vida, también con semblante serio) pensaba en lo que, en adelante, me depararía el destino... Me habían dado el informe, sin ninguna explicación más, para que se lo llevase a mi doctora de cabecera, que sería la encargada de valorar mi estado y fijar las pautas a seguir... Ese oscurantismo médico no podía significar nada bueno...

Para colmo, el informe añadía, a modo de epílogo, que "el tratamiento sintomático se suministrará en tomas preprandiales". Otra señal más que inequívoca de mi "gravísimo" estado...

A pesar del tremendo mareo que llevaba encima, nada más llegar a casa encendí el ordenador y activé uno de los buscadores... Y he aquí la traducción...

"Paciente con buen color y respiración rítmica y normal, al que la medicación que está tomando ha provocado una bajada de tensión arterial y de pulsaciones" [...] "Deberá tomar una pastilla para tratar los mareos que tiene, como consecuencia de lo anterior, antes de cada comida".

Conclusiones...
  • Me tienen que volver a regular la dosis de los medicamentos que tomo porque lo que hace un año me regulaba la tensión (que entonces tenía demasiado alta), ahora con treinta kilos menos, me la baja mucho más de la cuenta.
  • A los médicos les produce un placer "sexual" usar su jerga y que los pacientes no se enteren nunca de nada.
¡Menos mal que existe Internet...! ¡Con lo poquito que me gusta ir al médico, quizá sea mejor conectar con Dr. Google...! (Je, je, je)

viernes, 19 de noviembre de 2010

Despedidas...

Como cada mañana, los párpados aún le pesaban... Su abuelo siempre había dicho que "un hombre que se vista por los pies no puede despertarse más allá de las seis y media de la mañana". Él era un hombre de los de su abuelo por los pelos. Los dígitos brillantes del despertador (6:25) en el instante de emitir esos pitidos tan desagradables daban cuenta de ello. Al igual que otras mañanas; más bien madrugadas por lo temprano de la hora; pensaba que no le importaría quedar fuera de la categoría del abuelo, aunque solo fuese por ese día. La noche no había sido tranquila y el tiempo transcurrido en brazos de Morfeo había sido muy escaso.

¡Otro pitido! ¿Por qué harán los cacharros electrónicos con pitidos tan desagradables?

El microondas anunciaba que había vuelto a realizar su magia y en dos minutos escupía desde sus entrañas un taza de agua hirviendo. Por qué no podría hacer lo mismo sin ese abominable pitido final.

La nubecilla marrón se dispersaba en el agua al hundir la bolsita de té. En tres minutos la infusión estaría lista (Twinings Earl Grey) con ese sabor ácido tan peculiar del toque cítrico.

¡Tres pitidos más! ¿Quién inventaría esa forma de marcar las horas; medias y enteras; en la radio con los tres pitidos de las narices? ¡Si con que lo anuncie el locutor de palabra ("son las seis y media") ya me entero sin necesidad de pitidos!

Mientras calentaba sus manos, rodeando con ellas la taza, le dedicó una mirada furtiva. El azul cobalto y el blanco le sentaban bien. Le daban una aire de distinción y elegancia. No siempre había sido así. Aquella otra combinación de colores de hace tiempo no le convencía como esta, aunque resultaba más divertida (azul cobalto y naranja)...

Hacía dos años y siete meses que la había visto por primera vez. Entonces su mirada hacia ella había estado llena de recelo e inquietud. Sin embargo, la costumbre la había convertido en una compañera inseparable. Habían ido de viaje juntos en muchas ocasiones desde entonces. Habían compartido mesa y mantel en los más variados ambientes... Dos años y siete meses dan para mucho.

Tenía que reconocer que había sido un apoyo firme en aquella mala época que no quería ni recordar. Entonces las lágrimas afloraban cada dos por tres sin motivo y sin sentido. Los médicos habían decidido dejarlo fuera de la categoría del abuelo durante una buena temporada. Pero la angustia había alcanzado su corazón y su mente también en el refugio de las cuatro conocidas y amigables paredes de su casa. Nada había tenido sentido por entonces. Las noches pasaban en blanco oyendo música clásica y los días muerto de sueño sin ganas de moverse del sofá.

Lo había visto en otras personas, pero no había querido creer que le estuviese pasando a él. "Depresión aguda por estrés" había puesto el psiquiatra en su primer informe... "Has fundido los plomos" había sentenciado de una manera más gráfica un amigo suyo...

Y en ese tiempo, ella le había ayudado muchísimo. Había mejorado ostensiblemente durante el primer año y medio, y ella había tenido un papel muy importante en esa mejoría. Los meses siguientes habían sido de prueba para ver si la mejoría era estable, y ella había seguido a su lado. Hacía seis meses que le habían dicho que tenía que ir desacostumbrándose poco a poco a ella y hoy tocaba la despedida...

La miró de nuevo. Sí. Definitivamente el azul cobalto y el blanco le sentaban muy bien...

La tomó entre sus dedos y se la llevó a la boca. Notó su contacto en la legua y con un breve sorbo de té bien caliente la tragó...

Era la última pastilla de antidepresivos que tenía que tomar. Tras la recuperación completa, empezaba una nueva vida sin ella, sin apoyo químico, llena de esperanza...

jueves, 18 de noviembre de 2010

¡El sueño de la razón produce monstruos... Y las campañas electorales también!

El título de ese famosísimo aguafuerte de Goya martillea mi cabeza estos días de campaña electoral de las autonómicas catalanas. Parece que algunos candidatos y partidos están empeñados en dejar soñando a la razón durante mucho tiempo...


Yo creía (como siempre, no me entero absolutamente de nada) que una campaña electoral era ese último empujón que daban unos candidatos a los proyectos que desean compartir con los votantes para que les otorguen su confianza de cara a que, en los cuatro años siguientes, los puedan llevar a la práctica.

Pensaba que era ese tiempo para las propuestas serias, para los discursos racionales, para mostrar la mejor cara de los partidos y de sus candidatos...

¡Tiempo de razón y de luchar por el bien común!

Pero está claro que la razón se debe estar echando una buena siesta y, soñando, soñando, han aparecido los monstruos...

Tras el discurso del candidato de ERC sobre los impuestos en Andalucía, la mejor respuesta desde la tierra en la que vivo me pareció la de la tira de humor del Correo de Andalucía del día siguiente, que reproduzco. A palabras necias, no solo oídos sordos, sino una muestra de humor del bueno...
(Clic para ampliar)
Tras el "juego" propuesto por el PP, lanzado a conseguir el voto a cualquier precio, incluso "liquidando" inmigrantes ilegales, solo decir que el juego que de verdad están jugando me parece muy, muy peligroso en una sociedad democrática, moderna, tolerante y abierta a la modernidad... Xenofobia y "juego" no cuadran...


Por cierto... Ante las explicaciones del PP de que la culpa la tiene la empresa que les ha hecho el "juego" y que lo que tenía que poner era "mafias ilegales" en vez de "inmigrantes ilegales" (eso mientras van cayendo monigotes de color negro con paracaídas), solo tengo otra cosa que preguntar... ¿Pero es que ustedes se ha pensado que los ciudadanos somos gilipollas o débiles mentales?


¡Señores políticos de todos los partidos, por favor, hagan el favor de respetar a los votantes!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¡Y las monjas con la pata quebrada...!

Antes de que me salga algún anónimo en los comentarios poniéndome a parir por "laicista agresivo" y/o "anticlerical quema-conventos", tengo que decir que soy católico apostólico romano, de misa dominical. Vinculado a la vida de diversas parroquias, órdenes religiosas y comunidades desde que tengo uso de razón...

Después de aclarado esto, tengo que decir que la Iglesia de la que siempre me he sentido parte; la Iglesia de Jesucristo; tiene bastante poco que ver con lo que contemplé el domingo en televisión mientras seguía la consagración de la nueva Basílica Menor de la Sagrada Familia, templo expiatorio obra de Gaudí que como arquitecto me maravilla...

En esa Iglesia Universal (significado literal de la palabra "Católica") de la que formo parte, muchísimo más de la mitad de los miembros son mujeres. De hecho, en la eucaristía dominical de mi parroquia, más del 75% de las personas que asisten de forma asidua son féminas. Predominan las feligresas de avanzada edad, pero también las jovencitas que acompañan a sus madres a celebrar ese encuentro semanal con Cristo. Los varones somos franca minoría.

Pero esto no es una cuestión actual. En los evangelios podemos leer cómo las únicas que se quedaron junto al Señor durante su Via Crucis hacia el Gólgota fueron las Santas Mujeres. Los hombres-apóstoles no se encontraban por allí. Ni se mencionan.

El Domingo de Resurrección, las únicas que se acercaron a ungir el cuerpo de nuestro Señor, sin temer enfrentarse a los guardias del Sumo Sacerdote, fueron las mujeres. Los hombres-apóstoles seguían perdidos y ocultos por miedo a lo que pudiera pasar...

Y pasan casi dos mil años (nuestro Señor murió el siete de abril del año treinta, según muchos estudios), y llega una histórica visita del Sumo Pontífice de la Santa Iglesia Católica (recordemos que significa "Universal") a España... Y después de no ver una sola mujer en día y medio, hacen una aparición estelar para limpiar y fregar el altar que el Papa acababa de ungir de aceite para la consagración...



¡Mi alegre opinadora se sintió cabreada, ofendida e indignada hasta decir basta...! ¡Y yo con ella!

Amado Papa, cardenales, arzobispos, obispos y clero en general; o se enteran de una vez que mucho más de la mitad de la Santa Madre Iglesia está formada por "miembras", o seguirán estando a muchos años luz de la realidad...

Por cierto, no vendría mal que el Santo Padre hiciese una mínima autocrítica para descubrir que algunas de las causas del "laicismo" y "anticlericalismo" están dentro de la propia iglesia jerárquica que, con un mensaje tan rancio como seguir asignando a las mujeres una función tan "primordial" como fregar el altar ungido, llevan años, si no siglos, ahuyentando a las, y los, que aún nos acercamos a ella...

¡Dios nos bendiga!

martes, 9 de noviembre de 2010

¡Yo es que no me entero...!

Mi mamá; que evidentemente me tiene en gran estima; siempre me ha dicho que soy un chico listo...

¡He vivido engañado toda la vida! ¡Soy tonto del culo!

Lo descubrí ayer leyendo el diario El País. Se publicaba un sondeo de Metroscopia acerca de la situación económica y política en España, incluyendo datos sobre la intención de voto y la valoración del gobierno y demás líderes políticos.

Fue nada más iniciada la lectura de los resultados del sondeo cuando me di cuenta de mi elevadísimo grado de estulticia... ¡Yo es que no me entero...!

A la pregunta; "¿Cómo calificaría la situación económica actual de España?", una mayoría aplastante (un 88%) respondía; "mala / muy mala"... Solo un ínfimo 3% la calificaba de "buena / muy buena".

A la pregunta; "¿Cómo calificaría su situación económica familiar?", una mayoría simple (un 42%) respondía; "buena / muy buena"... Un minoritario 30% la calificaba de "mala / muy mala".

Pensando que se debía tratar de una errata tipográfica, sumé los porcentajes, por si se habían bailado las cifras o algo así... ¡No, no era una errata!

Esperando que fuese algo circunstancial de este sondeo, revisé más tarde en Internet datos de anteriores estudios demoscópicos... ¡Coño! ¡Decían lo mismo!

Me pregunté para mis adentros si no se habrían vuelto tontos todos los encuestados, porque contestar tamañas incongruencias en sondeos sucesivos era señal evidente de eso. A no ser que resulte que este país no está tan mal o que su economía sumergida (muy, muy profundamente) alcanza casi el 40% de la actividad económica...

Como era pura soberbia por mi parte pensar que los mil sondeados se hubiesen vuelto tontos al unísono, solo me quedaba una conclusión... ¡El tonto soy yo!

¡Yo es que no me entero...! Ni de qué va este país, ni de qué va su economía... Pero no soy tonto solo por eso, sino que también debo ser tonto por ingresar religiosamente mis impuestos, tener declarados mis bienes y actividades, pagar todo lo que compro...

¡Yo es que no me entero...!

sábado, 6 de noviembre de 2010

Inmigración e hipocresía...

Esta mañana iba camino del trabajo en autobús. Como casi todos los días, el transporte público se hacía de rogar y llegaba tarde y repleto de humanidad. La sensación de "sardina en lata" y la línea 5 de los autobuses sevillanos a las 7:30, son fenómenos inseparables...

La línea 5 ha venido siendo en los últimos años un buen termómetro de la situación demográfica de Sevilla. 

Hace años, a primera hora, iba casi vacío. Se llenaba, poco más tarde, con los ancianos que recogía por los barrios que atraviesa, y los acercaba hasta un centro de tercera edad muy concurrido.

Pero empezó a llenarse de caras jóvenes... Caras de rasgos distintos, de tonos de piel distintos, de idiomas distintos. La inmigración había traído ecuatorianos, senegaleses, bolivianos, marroquíes, rumanos, rusos... Nuevas caras de personas que iban a su trabajo a primerísima hora, junto a los españoles... Todos juntos pensando en silencio en sacar nuestras vidas adelante y en la jornada que nos esperaba. En esa época, la línea disponía del doble de autobuses y siempre íbamos enlatados.

Y más tarde empezó a vaciarse... Poco a poco... Paulatinamente... Se redujo el número de viajeros y redujeron el número de autobuses, para que no perdiéramos esa sensación de mogollón matutino.

Hoy, en el autobús, iba mirando los rostros de mis compañeros de viaje y recordaba lo que ha sido la inmigración en este país nuestro que es España.

Hace veinticinco años, ver a un inmigrante era algo de lo más extraño en nuestras ciudades... Los españoles, cuando viajábamos a Roma, París o Londres, volvíamos impresionados, diciendo; "¡Qué ciudades más cosmopolitas! ¡Hay personas de todos los colores e idiomas...!"

Llegaron los inmigrantes a nuestro país y, como había trabajo de sobra, no solo no hubo problemas, sino que muchos empresarios se frotaban las manos con pingües beneficios que, en más de una ocasión, asentaban sus bases sobre míseros salarios...

Y llegó la crisis y con ella el paro para muchos... Y llegó el populismo anti-inmigrantes. Los nuevos fascistas iniciaron sus campañas anti-negros, anti-sudacas, anti-rumanos... ¡Qué vergüenza! ¡Qué hipocresía infame!

¡Humanos! ¡Todos somos seres humanos! ¡Con los mismos Derechos Humanos!

¡Qué grandísima hipocresía la de un país que veía modernidad y cosmopolitismo en la inmigración de los demás hace cinco lustros y hoy no ve más que problemas en la inmigración que acoge él mismo!